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Trabajar con agilidad o trabajar con prisas: Una gran diferencia

En ocasiones dentro del mundo de la empresa y de las organizaciones es importante trabajar con un ritmo ágil dado el escenario de incertidumbre que nos está tocando afrontar. Ahora bien, trabajar de forma ágil no tiene nada que ver con una forma de trabajar “de prisas”, como dice el refrán “las prisas no son buenas” y en ocasiones nos llevan a trabajar como “pollos sin cabeza”, esto, estaréis de acuerdo conmigo, es totalmente opuesto a trabajar con agilidad.

Leía hace un tiempo un artículo en el “El País” que decía “La prisa no es un valor añadido. Nadie es mejor profesional ni persona porque vaya rápido a todos sitios o porque exprese lo estresadísimo que está.”

Como conclusión a este párrafo sería algo así como el tomar consciencia de que la mayoría de las veces, ir deprisa no implica caminar más rápido o pensar de forma más ágil, significa estar y sentirse internamente acelerado, frenético…ansioso….

Llega un momento que nuestra confusión puede ser total…pero no somos conscientes de ello, ni lo pensamos, estamos y vivimos tan en automático que llegamos hacer de la prisa un estilo de vida…toda una locura…. ¿verdad?

Nuestro inconsciente, puede llegar a colocar a la prisa en un lugar de prestigio, porque ella indica que estás ocupado/a, muy ocupado/a, y eso se interpreta como que eres un/a gran profesional……y esto es la GRAN MENTIRA……pensemos…la prisa, este ir como “pollo sin cabeza” también puede ser sinónimo de no tener una buena gestión del tiempo, de desconcentración, de olvidos y desequilibrio personal y profesional, de ansiedad, etc. etc. etc.

En esta reflexión es cierto que pienso…. ¿Qué parte de responsabilidad tienen las propias empresas en ello?, ¿qué parte de responsabilidad tienen los líderes que lideran desde la prisa? … ¿Qué parte imitamos en todo ello de lo vemos o de lo que creemos que nos están pidiendo en nuestra empresa?” ……mi respuesta a todo ello es clara…aún nos queda mucho por hacer en las culturas corporativas, en las direcciones/comités de dirección y en los mandos intermedios.

Por otro lado, pensemos en el trabajo de forma AGIL, revisemos como puede ser el trabajar con este tipo de metodologías….

Leyendo varios artículos de Agile, leí la definición que daba Damián Buonamico , y me encantó, él nos dice:

“La agilidad es la capacidad de diseñar los pasos a seguir en función del aprendizaje que surge de los resultados producidos por los pasos anteriores y de la habilidad de adaptarse a los cambios del contexto, con el fin de alcanzar los objetivos propuestos de manera efectiva”

Este concepto de agilidad nos permite llegar antes a la satisfacción de objetivos. Esto no implica ir rápido. La rapidez aumenta el riesgo de cometer errores, descuidar lo importante y de advertir tarde que nos alejamos del objetivo.

Un reciente estudio presentado por Great Place to Work afirma que el 74% de las mejores empresas y el 54% del mercado en general utilizan herramientas y procesos ágiles, mientras que el 80% de las que lideran los rankings y el 60% de las restantes tienen mentalidad ágil. Y ello ¿Por qué?, pensemos por un momento en nuestro contexto actual, entorno VUCA (volátil, incierto, ambiguo y complejo) y una pandemia mundial COVID-19, todo ello nos hace ver que cada vez es más necesario evolucionar a modalidades laborales distintas o diferentes a las tradicionales.

¿Por dónde empezar? Los primeros que tendrían que trabajar ágilmente son los propios equipos de dirección, y es aquí donde está la principal dificultad.

Ventajas de trabajar de manera ágil

Algunas de las ventajas de trabajar de forma Ágil, con nuevas metodologías Agile, entre otras, son:

  • Permite poner el foco en las personas. Tener empleados motivados, en un entorno adecuado y que sientan que son apoyados redunda en unos mejores resultados. Aumento del compromiso
  • Fomenta la responsabilidad dentro del equipo y aumenta la autonomía y la transparencia. Trabajo colaborativo, que trabajan en colaboración y, lo más importante equipos que se auto-organizan.
  • Su uso permite identificar rápidamente cuáles son las tareas más interesantes en cada momento, priorización.
  • Las revisiones continuas permiten la adaptación al cambio de una manera más eficiente.
  • Facilita la priorización y toma de decisiones.
  • Mejora la experiencia del cliente. A través de feedbacks rápidos y precisos, gracias a un modelo de comunicación más colaborativo y cercano.
  • Proporciona una estructura flexible que permite entregar diferentes versiones en muy corto plazo de tiempo.
  • Cercanía con el cliente permite tener mayor conocimiento del mismo, aportando valor diferencial y evitando errores.

 

En conclusión, trabajar en un equipo que colabora, que se auto-organiza, que reflexiona sobre la forma de ser más efectivo, que es transparente, donde todos miembros saben qué tienen que hacer y qué hace cada uno, que se motivan y se desarrollan en su rol, donde la calidad de lo que hacen importa, donde las pruebas continuas hacen que sean flexibles y se anticipen y decidan en atención a lo que van revisando, si surge cualquier error, se sabe rápido, se disminuyen riesgos. Todo ello nada, pero nada de nada tiene que ver con trabajar con prisas o trabajar a gran velocidad. Velocidad es ir rápido, que no tiene que ver con ir bien, agilidad es ir con orden y ello nos lleva no solo a llegar antes sino a llegar mejor.

Soy consciente de que, según la empresa, según su dirección y según sus Líderes, estarás más cerca o lejos de trabajar de una forma u otra, ahora bien…en lo que tú puedas hacer o decidir. ¡Hazlo!.¡ Hazlo con ritmo, criterio y sin prisa!

¡Muchas gracias!

 

Yolanda Muñoz