Nuestra ética profesional
Tras unos días reflexionando sobre qué tema escribir, me han venido varios a la cabeza, pero uno de ellos resonaba constantemente, hacia ruido, mucho ruido, y allá voy. ¿Por qué dar la espalda a algo que resuena de forma repetida en tu cabeza? Estoy segura que sí, por eso hoy quiero reflexionar junto a vosotros sobre la ética profesional, algo que creo que tiene un valor infinito y que no tengo tan claro que esté valorado como toca en los tiempos que vivimos.
La idea ha estado resonando en mi cabeza de forma repetida y creo que se ha agudizado porque hace unos días recibí una pregunta por whatsapp, pregunta que cuando leí pensé: ¿Y dónde está la ética profesional ante el planteamiento de tal cuestión? Creo que en los tiempos que vivimos, hoy más que nunca tenemos que tener claro que todo no vale.
Personalmente, creo que la ética profesional es el cómo hacemos las cosas, como personas dedicadas a una profesión que somos, y este cómo, es clave, ya que como os decía, no todo vale a la hora de llevar a cabo nuestra acciones, y esto podemos hacerlo extensivo tanto a nuestra parte profesional como personal.
¿Qué es la ética profesional?
Contamos dentro de cada profesión, con una gran paleta de colores para poder hacer las cosas de una forma correcta, profesional, constructiva, con valor para la sociedad y para nosotros, pero está claro que dentro de esa paleta también hay “claroscuros”. Y esto señores míos es la toxicidad vestida de profesional, aunque lejos de serlo, ya que llevan a cabo conductas y actuaciones que les deslegitiman para cualquier actuación que realicen, para la profesión que “dicen” desempeñar.
Si nos vamos a los origines de la ética vemos que es una rama de la filosofía dedicada a las cuestiones morales. La palabra ética proviene del latín éticos, y ésta a su vez procede del griego antiguo ἠθικός (êthicos), derivado de êthos, que significa ‘carácter’ o ‘perteneciente al carácter’. Por ello en el ámbito laboral y profesional hablamos de ética profesional.
La ética profesional seria el conjunto de normas de carácter ético aplicadas en el desarrollo de una actividad laboral y para llegar a esta conclusión, volvemos a la base de los más esencial como ser humano, que son los valores universales siendo esta ética profesional el cómo aplicamos estos valores a entorno del laboral y profesional al que nos dedicamos.
Los valores universales
Podría nombrar como los valores universales éticos más importantes, aunque no los únicos, a la justicia, la libertad, la responsabilidad, la honestidad y el respeto.
Por todo ello, como profesionales éticos que debemos ser, hemos de llevar a cabo nuestra conducta y desarrollo profesional, haciendo valer y poniendo en práctica cada día, estos valores universales, ya que de esta forma daremos sentido y propósito a nuestras profesiones y a nosotros mismo. Os detallo:
- Justicia, cumpliendo con las normas de conducta de nuestra profesión, siendo objetivos, imparciales, equitativos y justos. Hoy la gran mayoría de organizaciones cuentan con códigos de conducta, formando y persiguiendo las prácticas que no son correctas y estableciendo canales adecuados para ello.
- Libre, como derecho humano fundamental del cual gozamos, y nos da la capacidad de tomar decisiones y en consecuencia asumir nuestras responsabilidades. Nuestra libertad como persona no limita la libertad de los demás.
- Responsable, cumpliendo nuestra palabra, cumpliendo nuestros compromisos, analizando las situaciones que se nos presentan y siendo coherentes y con criterio en nuestras acciones.
- Honestos. Honrando la verdad, siendo sinceros, tengamos en cuenta que la honestidad es uno de los valores humanos más esenciales, las personas honestas generan una gran confianza donde no hay cabida a la mentira, el engaño y el mal hacer
- Respetuosos, el valor de respeto es el que desde la cuna debemos ir aprendiendo e incorporando en nuestro ADN, dando sentido al mismo seremos capaces de relacionarnos y comprender mejor todo nuestro entorno y de compartir aquello que es importante para nosotros.
A día de hoy, muchísimos profesionales, organizaciones, entidades, sectores públicos, deportistas, empresas, autónomos etc. Estamos dignificando nuestras profesiones y las personas que somos, trabajando y viviendo con esta ética profesional tan necesaria, y a la vez, denunciando y luchando contra comportamientos que son inmorales, injustos y tóxicos, poniendo en evidencia que queremos una sociedad libre de estos personajes, que se esconde bajo la mediocridad, el abuso de poder y la incompetencia absoluta.
Dentro de toda esta reflexión, el gran reto del cual somos todos responsables, es tomar conciencia que no todo vale, y que debemos ser capaces de luchar, tanto profesionalmente como personalmente, contra conductas antiéticas que no tienen cabida en una sociedad moderna como la nuestra, conductas que sacan el lado más indigno y miserable del ser humano, y que ponerlo encima de la mesa no debe ser un ejercicio de VALENTIA, sino un ejercicio social y moral en pro del buen hacer.
Permitirme el lujo de recuperar una cita del gran Jacinto Benavente
“Lo peor que hacen los malos es hacernos dudar de los buenos”
Muchas gracias
Yolanda Muñoz
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